En 1968, Adone Bellardi, hermano de Antonio y Mauro, fue el primer aprendiz en GANAR el Gran Premio Clásico Simón Bolívar con el ejemplar uruguayo VIVO, un entrenado de Armando Fernández Alfaro.
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Cuando todo parecía indicar que Una Leona tenía el triunfo asegurado, surgio Adone Bellardi con Vivo en un avance demoledor y paso de un viaje a dominar la carrera con relativa comodidad. El joven látigo se paró sobre los estribos del ejemplar después de cruzar la raya y fusta en alto saludo al soberano, para expresar su alegría. Al regresar al paddock de ganadores recibió una calurosa ovación, en premio a la hazaña conseguida. Había convencido, y ya su nombre empezaba a proyectarse. Lo que muchos no han logrado en años, lo consiguió este joven al comienzo de su actividad cuando aún era un aprendiz. A finales de ese año sorprendio con Torbellino, pupilo del Musiú Ziadie, en el Clásico Comparación. Su desempeño fue suficiente para ser anunciado como el Aprendiz del año en aquella temporada de 1968.
Cuando todo parecía indicar que Una Leona tenía el triunfo asegurado, surgio Adone Bellardi con Vivo en un avance demoledor y paso de un viaje a dominar la carrera con relativa comodidad. El joven látigo se paró sobre los estribos del ejemplar después de cruzar la raya y fusta en alto saludo al soberano, para expresar su alegría. Al regresar al paddock de ganadores recibió una calurosa ovación, en premio a la hazaña conseguida. Había convencido, y ya su nombre empezaba a proyectarse. Lo que muchos no han logrado en años, lo consiguió este joven al comienzo de su actividad cuando aún era un aprendiz. A finales de ese año sorprendio con Torbellino, pupilo del Musiú Ziadie, en el Clásico Comparación. Su desempeño fue suficiente para ser anunciado como el Aprendiz del año en aquella temporada de 1968.
Una vez ya en el plano profesional Adone logro mantenerse entre los mejores y para el año 1970 nuevamente le sonrio el triunfo en el Clasico Simon Bolivar. Esta vez cónsono con sus facultades el episodio se repitio pero con actores diferentes. En un final de leyenda que duró seiscientos metros, el con Paunero y Senador con José Luis Vargas se vinieron en un toma y dame, cabeza a cabeza donde no se vislumbraba un ganador. A escasos 100 metros para la raya Adone logro sacar avante a Paunero y parecía dominar definitivamente pero vuelve Senador por fuera y pareciera haberlo igualado. La opinión general era que el ganador había sido el conducido por Bellardi; sin embargo hubo que esperar un rato, cuando en definitiva aparecio la palabra empate. Paro lo verdaderamente emocionante resultaría ser el lucido episodio brindado una vez mas por el Catire Bellardi cuando fue capaz de empatar con un ejemplar que en el papel lucía infinitamente inferior a Senador. Una vez más este sensacional jockey ratificaba todos sus títulos que lo colocaban para ese momento entre los mejores jinetes, algo logrado por derecho propio a base de clase
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